Cuando
alguien utiliza la frase “No juzgues a un libro por su portada” siempre hace
referencia a “No juzgues a una persona antes de conocerla”, pero en esta
oportunidad, voy a hablar del significado de esas palabras en sí.
En las
últimas décadas cada vez encontramos menos adolescentes con afición por la
lectura. Ya a casi nadie le interesa mucho pasar su tiempo libro disfrutando de
un buen libro, y o bien prefieren escoger la vía fácil de ver una película (que
no digo que sea malo, es más, es mi segundo pasatiempo favorito) o dedicarse a
navegar por internet o… leer revistas del corazón (no puedo creer que eso
exista todavía!).
Sin
embargo, todavía hay gente “rara” como yo que prefiere mil veces disfrutar de
una buena historia plasmada en papel. Para esa gente, el saber escoger un buen
libro, es esencial. Nunca hay algo más decepcionante que comprar un libro o
descargarlo en internet, y darte cuenta que… no es lo que esperabas. Pero… ¿Por
qué sucede esto?
Personalmente,
no suele pasarme mucho, pero cuando ha sucedido, me he dado cuenta que es por
la portada. ¡Si, por la portada! Dejando de un lado que mucha gente estará en
contra de mis palabras, yo creo que sí se debe juzgar a un libro por su portada
y por la contraportada. Es simple y sencillo. Un autor, o la editorial que saca
el libro a la venta, no pueden permitir que una buena historia sea presentada
con una carátula poco atractiva y que no represente la esencia de lo que en las
páginas hay. Además, está el punto clave de la contra portada, y las sinopsis
que nos dan. Cuando vas a leer un libro del que nunca has escuchado antes, pero
cuya portada llamó la atención, lo primero que haces es mirar la contraportada
buscando saber de qué trata el libro.
Por eso,
considero esencial que buen libro tenga una portada y contraportada que
impresionen, que llamen la atención del público, y que digan “Soy una buena
historia, porque el autor se interesó por presentarme al mundo de una manera
innovadora y creativa”
Cinthya
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